jueves, 3 de marzo de 2011

La base de un sistema

Por Federico Gonzalez

Ni el más optimista hincha de River pensaba que en tres fechas disputadas estaría en la cima de la tabla. Basándose en las palabras de los protagonistas y el cuerpo técnico en el preámbulo del torneo, los hinchas millonarios se llamaron a silencio en cualquier discusión por el campeonato y fuertes en su amor propio se concientizaron en encarar este Clausura 2011 con la mayor de las fé posibles.

Estos imponderables que realzan el enfermizo, pero a su vez adictivo deporte como lo es el fútbol, llevan al que dentro de la mediocridad del campeonato argentino juega a no perder, tenga una recompensa.

La fórmula de conseguir los tres puntos en casa y rescatar un punto de visitante, hoy al equipo de Jota Jota López le está dando sus réditos. Igualmente la gran virtud de River es que ningún otro equipo reconocio sus virtudes y defectos como éste, lo que acrecenta la posibilidades de sobrepenerse ante las dificultades y así poder contrarestarlas con los elementos que se cuentan.

Un pilar de esas virtudes y de la táctica de Jota Jota es el cuidado del cero en su arco. El gran responsable de que esto ocurra es el juvenil, Leandro Chichizola.

Con sólo 20 años, el pibe agarró el fierro caliente del arco de River que le dejó Juan Pablo Carrizo por una lesión en su tobillo y más allá de demostrar la personalidad para afrontar el desafío, hoy River es el único equipo que cuenta con la valla invicta.

Por eso dirá nuestro relator, el Tano Santarsiero que, "River tiene razones que la propia razón nunca entenderá..."


Atajada de Chichizola, foto cortesía de El Argentino



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