viernes, 1 de octubre de 2010

Un mal trago

Por Walter Naveira

Un nueva fecha se cerraba y el hincha millonario, esperaba una remontada en lo futbolístico teniendo en cuenta el flojo desempeño del equipo, como el mostrado en Rosario frente a Newell´s.

En la previa esperando a Quilmes, River, presentaba varios cambios en el equipo como también en el esquema táctico. Cappa le daba un lugar como titular a Adalberto Román, a Buonanotte , y a Pavone, este ultimo lo hacia como titular por primera vez desde su llegada al club. Y salían Ferrero, Pereyra y Ortega.

Por primera vez en su trayectoria como técnico, Ángel, colocaba dos delanteros de área, es decir a dos goleadores como Pavone y Funes Mori. Así pasaba a jugar con un 4-3-1-2. La ausencia resonante era la de Ariel Ortega, quién aunque no estaba en su mejor nivel, sabíamos lo importante que era su presencia a la hora en que la pelota ruede.

En el primer tiempo, escaseaban las llegadas, porque ninguno de los dos conjuntos estaba bien. El local se repetía en imprecisiones y Quilmes se dedicaba a defender dejando, a Juan José Morales solo arriba como referencia. Solo dos jugadas tuvo River a favor para abrir el marcador. Tras un rebote Funes Mori quedaba mano a mano frente a Tripodi, pero su remate se iba ancho a un metro del palo izquierdo del arquero visitante. Luego llegaba un centro de Arano y otra vez el arquero Cervecero le ahogaba el grito de gol al mismo delantero. Los de Tocalli, en tanto, contaban con una sola chance y era de pelota parada. Allí Gioda le ganaba a su marcador en el salto pero el balón se iba apenas afuera tras la mirada de Carrizo.

En los segundos 45 minutos ingresaba el burrito de Ledesma en una buena versión y así en la primera pelota que tocaba al lanzar un córner, Pavone demostraba su rapidez para ganar en el área contraria y empalmaba el balón de volea decretando el 1 a 0. A partir de ese momento Buonanotte quien había estado muy lejos del arco rival en la primera parte gozaba de mayor compañía en la creación debido al aporte del Burrito en ataque y el juvenil Lamela desequilibraba por su sector aportando claridad. Era todo de River las acciones, las jugadas de peligro, y parecía que llegaba el cuarto gol antes que el segundo, pero fallaron mucho a la hora de definir. Precisamente en ese momento, sucedía lo que menos se esperaba. Llegaba la lesión de Almeyda quien redoblaba su esfuerzo para recuperar en la mitad de la cancha y cayó adolorido.

Todo esto se daba como consecuencia, debido a que Cappa había puesto muchos nombres en ataque y el equipo así sufría una descompensación. A raíz de esto se originaba una falta a favor de Quilmes, a metros del área de Carrizo. De pelota parada otra vez el “Millonario” sufría porque tras el centro, Miguel Caneo de cabeza decretaba el 1 a 1 final. En River se hundían las ilusiones de triunfo y la cerveza atragantaba las gargantas locales que instantes antes gritaban ole ole. Un mal trago.

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