domingo, 16 de marzo de 2014

Especial Mundialista IV

Copa Mundial de la FIFA Brasil 1950 Preliminares

Tras los turbulentos eventos de la Segunda Guerra Mundial y los difíciles años que atravesó posteriormente el deporte internacional, el fútbol se recuperó con relativa rapidez. En 1946 ya se celebró en Luxemburgo el Congreso de la FIFA, con la elección del país organizador de la Copa Mundial de la FIFA 1950 como uno de los puntos del orden del día. A Brasil se le encomendó organizar la competición de 1950 por el trofeo de la Copa Mundial, llamado a partir de entonces Copa Jules Rimet en honor a los largos años de servicio del Presidente francés de la FIFA. Sudamérica, en general, no se había visto muy afectada por la Segunda Guerra Mundial, y de hecho, desde el punto de vista futbolístico, había experimentado un gran auge. Sobre todo Argentina, conjunto hegemónico en la década de 1940 al ganar la Copa América en cuatro ocasiones. Sin embargo, ya había comenzado su declive con la marcha de sus estrellas a Colombia y a México en busca de mayores recompensas, y a su federación se le había denegado la organización de la Copa Mundial de la FIFA, asignada esta vez a su gran rival, Brasil. La Federación Brasileña había comenzado en 1947 una campaña contra el formato de eliminatorias, y de este modo, dos años más tarde empezó una ronda preliminar, de la que volvieron a retirarse cada vez más federaciones, incluida la argentina. Por motivos políticos, los países del este de Europa ni siquiera se inscribieron, lo que privó a la competición de algunos de los equipos potencialmente más fuertes (la Unión Soviética, Checoslovaquia y Hungría). La campeona, Italia, acabó participando a pesar del accidente aéreo que tuvo lugar en Superga en 1949, en el que murió todo el equipo del Torino, varios de cuyos integrantes lo eran también del combinado nacional. Como era natural, la debilitada selección italiana viajó a Brasil en barco.

El triunfo de Uruguay y el desconsuelo de Brasil

Durante la II Guerra Mundial, el Vicepresidente de la FIFA, el italiano Ottorino Barassi, escondió el trofeo de la Copa Mundial de la FIFA en una caja de zapatos debajo de la cama y así evitó que cayera en manos del ejército de ocupación. La fase de clasificación se convirtió en una especie de farsa, en la que se retiraban equipos que ya habían conseguido clasificarse, y equipos que ya habían quedado eliminados recibían ofertas de plazas para la final. La India se retiró de la competición porque la FIFA no permitió que el equipo jugara descalzo. Así las cosas, sólo trece selecciones participaron en la fase final. La Copa Mundial de la FIFA volvió a celebrarse y Uruguay se alzó con la victoria en "la final que no fue una final". Sin embargo, antes de que ésta tuviera lugar, Estados Unidos venció a Inglaterra por 1-0 en Belo Horizonte y la selección no profesional de Suecia se impuso a Italia por 3-2 en Sao Paulo. La competición se organizó en forma de liguilla, y Brasil, España, Suecia y Uruguay quedaron como últimos contendientes al título. En el encuentro con Uruguay, Brasil necesitaba únicamente un empate para alzarse con el trofeo, pero perdió por 2-1 ante la hinchada de 174.000 espectadores que se dieron cita en el estadio carioca de Maracaná.

El fútbol sobrevivió a la II Guerra Mundial

El primer congreso de la FIFA tras la II Guerra Mundial, celebrado en Luxemburgo el 25 de julio de 1946, adquirió importancia histórica por diversas razones. En primer lugar, porque rindió tributo al Presidente de la FIFA, quien durante los años de guerra había intentado mantener vivo el espíritu del fútbol por todos los medios que el cargo ponía a su alcance. En su honor, el trofeo de la Copa Mundial de fútbol recibió el nombre de "Copa Jules Rimet". Además, el congreso anunció la vuelta de las asociaciones de fútbol británicas, ausentes desde 1929. No obstante, la responsabilidad de organizar la siguiente Copa Mundial de la FIFA, prevista para 1950, recayó en la Confederación Brasileña de Deportes, cuya selección había causado tan buena impresión durante el Mundial de 1938. La organización de la Copa Mundial de la FIFA en el famoso estadio de Maracaná de Río de Janeiro y en otras ciudades de Brasil abrió una nueva era para la joven competición, tan sólo doce años después del Mundial de Francia.

El mayor estadio del planeta

El fútbol se había hecho tan popular en Brasil que se decidió construir un nuevo estadio con capacidad para 220.000 espectadores en las afueras de Río de Janeiro. Las obras empezaron el 2 de agosto de 1948. Sin embargo, los plazos de finalización previstos resultaron demasiado ambiciosos y el proyecto empezó muy pronto a sufrir retrasos. Cuando faltaban sólo cinco semanas para el partido inaugural, la organización brasileña se vio un tanto agobiada por la situación, y la FIFA decidió enviar a Río a Ottorino Barassi, Presidente de la Federación Italiana de Fútbol, que había organizado a la perfección la Copa Mundial de la FIFA de 1934. El 24 de junio de 1950 el estadio de Maracaná se inauguró oficialmente, aunque en realidad tenía toda la pinta de ser un estadio en obras y le faltaba la tribuna de prensa. Sin embargo, el campo estaba listo para recibir a los trece equipos clasificados para la fase final. Las selecciones se repartieron en cuatro grupos: dos grupos con cuatro equipos cada uno; un grupo formado por tres equipos y otro grupo con dos.

Una nación en apoyo de su selección

Después de una fácil victoria frente a México (4-0), la selección brasileña, ante la sorpresa de todo el mundo, empató (2-2) con Suiza. Yugoslavia, que había ganado los dos primeros encuentros disputados, sólo necesitaba empatar con Brasil para pasar a la siguiente ronda. Pero, ante los 150.000 enfervorizados hinchas que ocupaban el estadio de Maracaná, Brasil se alzó con la victoria (2-0). Así fue como Brasil se clasificó, junto a otras tres selecciones (España, Uruguay y Suecia), no para las semifinales, sino para una serie de partidos de todos contra todos, en los que la gran sorpresa fue la ausencia de Inglaterra e Italia. Tras una semana de descanso, la selección brasileña salió a por todas. Primero aplastó a Suecia (7-1) y después a España (6-1). A nadie le cupo la menor duda de que Brasil estaba en racha y de que esos impresionantes resultados iban a repetirse en el encuentro contra Uruguay, una selección que, tras haber empatado con España, contaba con sólo tres puntos en su haber. De manera que Brasil sólo necesitaba un empate para proclamarse campeona del mundo. En un estadio lleno hasta la bandera, Brasil inauguró el marcador a los pocos minutos de la segunda parte, pero el equipo no parecía muy suelto y en ningún momento hizo alarde de su característico fútbol-samba. Los uruguayos igualaron el marcador y, lejos de sentirse acobardados por la hinchada brasileña, cuando sólo faltaban once minutos para el final del encuentro, marcaron el gol de la victoria. Brasil había perdido "su" Copa Mundial de la FIFA. En cuestión de segundos, toda la nación quedó desconsolada. Tanto fue así que incluso las autoridades brasileñas se olvidaron de entregarle la Copa, símbolo de su victoria, a la selección uruguaya y le tocó al mismísimo Jules Rimet bajar al terreno de juego en busca del capitán de Uruguay para proceder a la ceremonia de entrega. Ni siquiera la certeza de que la "Taça du Mondo" había resultado un tremendo éxito económico y deportivo pudo consolar a Brasil. El fútbol había entrado en una nueva era.

Resumen de datos

  • Equipos: 13
  • Cuándo: 24 junio 1950 hasta 16 julio 1950
  • Final: 16 julio 1950
  • Partidos: 22
  • Goles: 88 (promedio de 4.0 por partido)
  • Asistencia: 1045246 (promedio de 47511) Ganador: Uruguay
  • Segundo: Brasil
  • Tercero: Suecia
  • Cuarto: España
  • Bota de Oro: ADEMIR (BRA) 8
  • PARTICIPANTES (debutantes en negrita): Bolivia, Brasil,  Chile, España, EEUU, Inglaterra, Italia, México, Paraguay, Suecia, Suiza, Uruguay, Yugoslavia.

Partidos

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Partidos de grupo

Grupo 1
Partido
Fecha
Sede


Resultado


1
24 jun.
Río de Janeiro
2
25 jun.
Belo Horizonte
3
28 jun.
São Paulo
4
28 jun.
Porto Alegre
5
01 jul.
Río de Janeiro
6
02 jul.
Porto Alegre

Equipo
Partidos jugados
Ganados
Empatados
Perdidos
Goles a favor
Goles en contra
Puntos

Brasil
3
2
1
0
8
2
5

Yugoslavia
3
2
0
1
7
3
4

Suiza
3
1
1
1
4
6
3

México
3
0
0
3
2
10
0


Grupo 2
Partido
Fecha
Sede


Resultado


1
25 jun.
Río de Janeiro
2
25 jun.
Curitiba
3
29 jun.
Río de Janeiro
4
29 jun.
Belo Horizonte
5
02 jul.
Río de Janeiro
6
02 jul.
Recife

Equipo
Partidos jugados
Ganados
Empatados
Perdidos
Goles a favor
Goles en contra
Puntos

España
3
3
0
0
6
1
6

Inglaterra
3
1
0
2
2
2
2

Chile
3
1
0
2
5
6
2

EEUU
3
1
0
2
4
8
2


Grupo 3
Partido
Fecha
Sede


Resultado


1
25 jun.
São Paulo
2
29 jun.
Curitiba
3
02 jul.
São Paulo

Equipo
Partidos jugados
Ganados
Empatados
Perdidos
Goles a favor
Goles en contra
Puntos

Suecia
2
1
1
0
5
4
3

Italia
2
1
0
1
4
3
2

Paraguay
2
0
1
1
2
4
1


Grupo 4
Partido
Fecha
Sede


Resultado


1
02 jul.
Belo Horizonte

Equipo
Partidos jugados
Ganados
Empatados
Perdidos
Goles a favor
Goles en contra
Puntos

Uruguay
1
1
0
0
8
0
2

Bolivia
1
0
0
1
0
8
0

Ronda final

Grupo 5

Partido
Fecha
Sede


Resultado


1
09 jul.
São Paulo
2
09 jul.
Río de Janeiro
3
13 jul.
Río de Janeiro
4
13 jul.
São Paulo
5
16 jul.
São Paulo
6
16 jul.
Río de Janeiro
Brasil (1)

Equipo
Partidos jugados
Ganados
Empatados
Perdidos
Goles a favor
Goles en contra
Puntos

Uruguay
3
2
1
0
7
5
5

Brasil
3
2
0
1
14
4
4

Suecia
3
1
0
2
6
11
2

España
3
0
1
2
4
11
1

 (1) Arbitro George READER (ENG) Goles marcados FRIACA (BRA) 47', Juan SCHIAFFINO (URU) 66', Alcides GHIGGIA (URU) 79'

Argentina se borra

Argentina generó nuevamente una gran conmoción al anunciar que no participaría del Mundial debido a diferencias existentes entre la A.F.A. y la Confederación Brasileña de Fútbol (C.B.F.), las cuales nacieron porque en 1949, Brasil organizó un Campeonato Sudamericano, al cual Argentina no se presentó, aduciendo razones de fuerza mayor. Ésa fuerza mayor se trataba del éxodo de sus principales jugadores a Colombia.


Por ese motivo, la C.B.F. les prohibió a los equipos brasileños disputar partidos contra los argentinos. El Bangú de Río de Janeiro debía jugar un amistoso contra otro conjunto argentino en Chile, la Argentina que ya se encontraba inscripta en las eliminatorias en un grupo con Chile y Bolivia, donde de los tres clasificaban los dos primeros, canceló el compromiso y se aisló hasta 1958.
La A.F.A., presidida por Valentín Suárez, calificó la actitud brasileña de inamistosa y declaró: “Hasta tanto puedan establecerse debidamente sus orígenes y alcances, la A.F.A. se encuentra obligada a adoptar una inevitable medida en resguardo del indeclinable principio de dignidad y respeto”. Finalmente la medida fue: no concurrir al Mundial a realizarce en Brasil y cancelar a tal efecto la inscripción al mismo.


También atribuyen la posibilidad de que la decisión la haya tomado el gobierno argentino presidido por el General Juan Domingo Perón, cuando Valentín Suárez, quién deseaba profundamente que le selección nacional participara de dicho torneo, no pudo asegurarle el triunfo nacional.
Además habría que sumarle la sangría de jugadores que sufrió Argentina, luego de una demanda por parte de los futbolistas para tener un régimen de contratación claro y transparente, donde gran cantidad de jugadores partieron hacia tierras colombianas obnuvilados por “El Dorado del fútbol”, Colombia no se encontraba afiliada a la F.I.F.A. por ese entonces y por consiguiente no se veía en la obligación de pagarle un porcentaje al club de origen del jugador argentino, sinó que todo el dinero se lo pagaban al futbolista.


De esa forma se llevaron a los mejores jugadores argentinos, sin que la cúpula de la Confederación Sudamericana de Fútbol (C.S.F.), integrada mayoritariamente por brasileños, cansados de los reiterados triunfos argentinos a nivel sudamericano, lo impidieran.


Mas tarde cuando el tema pasó a manos de la F.I.F.A., los ingleses lograron que los clubes colombianos pudieran seguir llevándose los jugadores más destacados del fútbol argentino, a pesar del presidente, Jules Rimet, quien bogaba a favor de los clubes sudamericanos.
Una versión afirmaba que todo lo habían tramado Inglaterra, país que por primera vez jugaba un Mundial y Brasil, dueño de casa, para quitarse de encima a la selección Argentina.


Luego de finalizar el Mundial el presidente brasileño Vargas, quien a pesar de los problemas que existían entre las federaciones de fútbol de ambos países, tenía una excelente relación con su colega, presidente y militar, argentino Perón, designó embajador de Brasil en Buenos Aires a Bautista Luzardo, y le encomendó la primordial misión, de solucionar diplomáticamente el distanciamiento deportivo entre ambas naciones, orden que cumplió a las mil maravillas, pero después del Mundial, por las dudas no nos amiguemos antes.

Enrique Urbano





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