LA SUERTE ESTABA HECHADA

A pesar de que Pavone había encontrado el 1 a o rápido, River no pudo aumentar y Belgrano se lo empató en el complemento con Farré. El descenso parecía irreversible y se hizo realidad, el pirata festeja porque es de primera.

Por Walter Naveira.

Estaba todo dicho. El partido jugado en Córdoba, había dejado indicios a que el final de la promoción tendría un ascenso. Pero es cierto, que River tenia todo para darlo vuelta; la localía su gente. Sin embargo la brisa que recorría el estadio, predecía lo contrario. Anímica y futbolísticamente el millonario venia muy golpeado. La manera de encarar esta serie no debe dejar resquicio alguno librado al azar y por allí se dieron muchas ventajas sobretodo en la parte de planeamiento técnico. Lamentablemente el encuentro que paralizo el país y el mundo ni siquiera llego a completar los noventa minutos. Antes de finalizar el periodo de juego, el Monumental fue un caos, dentro y fuera del mismo. No hay justificativos para los hechos de violencia desarrollados. Destruyendo tampoco se obtuvo nada. Seguramente también hubo infiltrados, que aprovecharon la situación para agredir y delinquir. Muy triste para esta gran institución.

El partido fue todo de River porque tuvo la pelota y arrincono a Belgrano contra su arco. A los 5 minutos Pavone saco un derechazo demoledor. La ventaja pareció pequeña porque el millonario mereció más pero no acertó. Tampoco Pezzota tuvo una buena tarde porque no vio un claro penal sobre Caruso, lo que le hubiese permitido al local la chance de igualar la serie y seguir en primera. Después la banda, lo perdió varias veces, destacando una que tuvo Juan Manuel Díaz. El mismo cabeceo en el medio del área chica, solo, por encima del travesaño. Belgrano se ubico como mas le gusta, de contra, pero de a ratos controlo el partido en el medio.

En el segundo tiempo todo fue más frio, como la tarde. Allí llego el empate del pirata. Esto sucedió porque el millonario volvió a cometer varias imprecisiones en el medio. Esto Belgrano se lo hizo pagar muy caro y en una contra igualo por intermedio de Farré. Allí se termino el partido, porque Pavone tuvo la chance de poner el segundo para River desde los doce pasos. Pero fue el momento en el que apareció Olave, una vez más, para retener el anunciado tiro del tanque.

Minutos después comenzaron a caer proyectiles desde las tribunas y esto decreto el final anticipado con el descenso de River como consecuencia. Es momento de reflexionar y actuar con rapidez. La dirigencia deberá oír a sus pares si quiere continuar. De lo contrario seguramente habrá cambios. Lo cierto es que se necesita humildad, voluntad y trabajo para sacar a River de esta inmerecida situación a la que lo han llevado.