El equipo de Leonardo Astrada igualó sin goles ante Rosario Central en el Monumental, en lo que fue su tercera participación en el Clausura 2010. River fue más que su rival, pero no lo supo cristalizar en el resultado.
El “millo” tuvo un arranque interesante de mitad de cancha para adelante, con un Villalba picante en las encaradas por izquierda y derecha, un Rojas cerebral a la hora de distribuir juego y manejarse a un toque, y un Funes Mori movedizo.
La dificultad de los defensores rosarinos para frenar al “Keko”, una chance manifiesta de gol de Funes Mori que desperdició por arriba del horizontal, y un remate de Almeyda desde afuera que pasó cerca, me hicieron pensar que River se iría victorioso. Es que recién había pasado un cuarto de hora y, además, Central no encontraba la pelota, no podía urdir más de dos pases seguidos en campo millonario.
El “Canalla” se dio cuenta que su negocio estaba en abroquelarse bien atrás y aprovechar algún regalito de la defensa de River. Así se complicó más la generación de espacios arriba, porque Central puso dos líneas de cuatro bien pegadas.
Aún así, River no se desesperó y manejó el balón con paciencia, terminando casi siempre las jugadas elaboradas en remates desde afuera del área, que exigieron al arquero Galíndez a intervenir de manera loable: le sacó un disparo a Villalba y otro a Funes Mori. Almeyda volvió a probar desde afuera, pero otra vez se fue cerca.
Hasta finalizar la primera etapa, entre Burdisso y Valentini se las ingeniaron para despejar toda pelota aérea que llegara al área, y el “Indio” Vega casi no tuvo que intervenir en el primer acto, sólo un remate de Nuñez segundos antes de que Pitana mande a los equipos a descansar.
En el complemento, no cambió el esquema de fuerzas. River intentó siempre, aunque esta vez las armas se le desgastaron un poco, y cuando tuvo las chances, falló en la definición, el mayor dilema que se le presenta hoy en día a Leonardo Astrada.
Lo tuvo otra vez Funes Mori, tras una jugada memorable que elaboró junto con el “ariano” (como lo llama el “tano” Santarsiero a Rojas), pero el mendocino no logró hacer que su definición terminara en un grito estentóreo del Monumental.
Astrada hizo ingresar a Gallardo quién mostró algunas cosas positivas pero no suficientes para cambiar la puntería: el “muñeco” lo tuvo a 10 del final, cuando le entró con tres dedos a una centro de Bou (ingresó por Abelairas) desde la izquierda, tras un lindo desborde.
Lo de Central fue mezquino también en la segunda etapa. Sólo rescatar el remate del “yacaré” Nuñez, que hizo volar de manera solemne a Vega, y el intento –muy tardío- de buscar la victoria en los 3 o 4 minutos finales, aunque sin agresividad.
Para celebrar: que los rivales se metan atrás en el Monumental, como sucedió también ante Banfield –aunque en menor medida-, significa que a River le vuelven a tener respeto.
Para lamentar: no se pudo aprovechar el envión anímico que brindó el triunfo ante Chacarita.
Para mejorar: la falta de definición y la creación de variantes ante defensas tan cerradas.
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