martes, 7 de diciembre de 2010

La Fé fue "Millonaria"

Por Walter Naveira

En Santa Fe, Colón lo ganaba por medio de Moreno y Fabianesi. Pero en la segunda parte, River, logró empatarlo con un golazo de Lamela. Luego Pavone, se sacó la mufa, con su tanto en el descuento, para dar vuelta la historia.

Luego de la lluvia, en el viaje, al llegar, la vecina provincia de Santa Fe nos recibía con un calor intenso. La luz del Sol, iluminaba toda su región y especialmente, el escenario, en donde se disputaría uno de los partidos más interesantes de la fecha.

Era una prueba de riesgo para un River, que de visitante hacia tiempo que no ganaba y el estigma se acentuaría en el primer capitulo, cuya apertura daba el arbitro Pompei.

En el comienzo no se jugaba bien, el conjunto local intentaba apoderarse de la pelota pero los de JJ López, corrían, para no dejar espacios y así achicar toda clase de posibilidad del contrario. Lentamente Damián Díaz y Moreno y Fabianesi comenzaban a asociarse y junto a Ramírez, generaban espacios en las espaldas de Adalberto Román. Por el sector derecho de su ataque avanzaba Colón e inquietaba al arco visitante con desbordes y centros al corazón del área. Estos, eran bien resueltos por los defensores millonarios. River en ataque hacia muy poco, le faltaba cambio de ritmo y consistencia a la hora de iniciar un contraataque, Ortega errático y Lamela intermitente no aparecían para crear. Solo Pereyra intentaba con alguna corrida, sorprender, pero el uno local ahogaba toda posibilidad de marcar. Sin embargo minutos mas tarde, el juvenil Erik, tras un pique largo, caía dentro del área derribado por Diego Pozo, lo que era un claro penal que el juez no cobraba.

Mientras tanto, Colon, seguía insistiendo y a los 41 minutos, del primer tiempo llegaría la jugada que abriría el marcador. Tras un cambio de frente Larrivey, recibía solo dentro del área, pero al demorar en la definición permitía que un zaguero visitante enviara la pelota al córner. Ese seria el momento clave para el local. Tras el centro, Moreno y Fabianesi, se encontraba con un rebote en el palo que le quedaba justo a la altura de su cabeza y con la misma ponía en ventaja al Sabalero por 1 a 0. Estaba bien porque aquel que aprovechara su oportunidad seria beneficiado y el local había hecho sus meritos.

En la segunda parte, rápidamente, JJ López no se hacia esperar con los cambios y Funes Mori ingresaba por Ortega. De esta forma Pavone tendría un acompañante mas cercano en cuanto a características ofensivas y mas fresco además. A los diez minutos cuando era improbable pensar en el empate River a través de Walter Acevedo, daba inicio a uno de los mejores goles que ha dado este torneo. Desde tres cuartos de cancha este descargaba para Pereyra y quien de primera se la devolvía para que luego derivara en Erik Lamela. El enganche, culminaba la acción empalando la pelota por sobre Pozo. Exquisito empate. Un golazo, quizá en homenaje a Cappa, por el estilo de su gusto futbolístico. El gol tan tempranero parecía afectarle a un Colon sorprendido rápidamente.

River en tanto, respiraba con la igualdad y empezaba a afianzarse tanto en el fondo como en el medio y respondía ante la presión de los de Gamboa.

Carrizo, de buena labor ratificaba la misma al tapar con el pie un mano a mano a Joaquín Larrivey. El ex Huracán y Vélez se lamentaba porque no era su noche, tampoco la de Fuertes debido que enfrente los marcadores visitantes tenían cada vez mayor solvencia. No había tiempo para nada ya que Pompei adicionaba cuatro minutos y por como estaban las cosas, difícil que se moviera el marcador. Pero el millonario tenía un as bajo la manga y lo había jugado en silencio con la entrada de Manuel Lanzini. El chico surgido de las inferiores, se metía dentro del área local y tras dejar a su marcador Raldes, con un centro atrás habilitaba a Mariano Pavone. El tanque que venia con la pólvora mojada pareció sacarse el karma de encima y con un zurdazo implacable marcaba el 2 a 1.

Delirio no solo en las tribunas, sino en el corazón de todo River. A través de su fé, curiosamente en aquella santa tierra, se sacaba de encima un partido de los difíciles. Así lograba dar vuelta un resultado, algo que parecía imposible tiempo atrás.

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