En el Estadio Monumental, River Plate rescató un empate agónico (1-1) ante Estudiantes de La Plata. Y como en tantas otras ocasiones, el héroe fue Ariel Arnaldo Ortega, quien volvió a ser titular tras cuatro partidos (tres en los que no concentró y el encuentro ante Godoy Cruz en el que fue suplente).
Ambos equipos fueron imprecisos, no pudieron hacerse de la tenencia del balón y mostraron muy pocas jugadas elaboradas, por eso no se vio un buen partido de fútbol.
Ambos equipos fueron imprecisos, no pudieron hacerse de la tenencia del balón y mostraron muy pocas jugadas elaboradas, por eso no se vio un buen partido de fútbol.
Además, el árbitro Federico Beligoy no colaboró en el desarrollo del juego. Fue muy permisivo en cuanto a las faltas graves y sancionó incorrecciones menores, no cobró varias manos y omitió un penal para cada conjunto.
En el primer tiempo, casi no hubo situaciones de gol. River pudo haberse puesto en ventaja pero Mauro Rosales se pasó de largo tras un centro de Paulo Ferrari.
Dentro de un panorama flojo, Estudiantes iba a hacer la diferencia con un córner. Sabido es, cuanto trabaja y usufructúa el equipo de Alejandro Sabella, las jugadas de pelota parada.
Así fue, que tras un tiro de esquina desde la derecha ejecutado por Juan Sebastián Verón, Leandro Desábato metió un frentazo franco para vencer a Daniel Vega y poner en ventaja al “Pincharrata” (’31).
Ya en la segunda parte, River fue acorralando al conjunto platense que no aprovechaba sus opciones para liquidar el partido. Con el correr de los minutos, Diego Buonanotte y Daniel Villalva (ingresó en el primer tiempo por una lesión de Rosales) se volvían cada vez más desequilibrantes.
Estudiantes no logró marcar el segundo y lo iba a pagar caro sobre el final. Leandro González cruzó un remate que se marchó cerca del palo derecha de Vega, después Verón envió un remate por encima del travesaño y por último, Mauro Boselli se lo perdió abajo del arco.
Las varias posibilidades desaprovechadas por la visita fueron una clara señal de que la historia aún no concluía para los dirigidos por Leonardo Astrada. River olió sangre y como una bestia fue a matar o morir.
Primero, Damián Albil le negó el gol a Mauro Díaz después de una gran jugada por izquierda del chico de inferiores. Y luego, el palo impidió que el “Keko” Villalva marque de cabeza tras un centro de Buonanotte.
Pero el premio llegó en el último instante para el “Millonario”. Diego Buonanotte enganchó en el área y remató de derecha, Albil dio un rebote hacia el medio y el “Burrito” Ortega sólo tuvo que empujar la pelota al gol (’92).
Delirio en el Monumental, “Ortega, Ortega” en las tribunas, River consiguió un punto que vale más que eso, Estudiantes pagó por el mezquino planteo del segundo tiempo.
Y él, el héroe de mil batallas le devolvió, otra vez, la esperanza a la gente. Mientras que Ariel Arnaldo Ortega se mantenga de pie, las ilusiones de los hinchas riverplatenses tendrán fundamentos.
En el primer tiempo, casi no hubo situaciones de gol. River pudo haberse puesto en ventaja pero Mauro Rosales se pasó de largo tras un centro de Paulo Ferrari.
Dentro de un panorama flojo, Estudiantes iba a hacer la diferencia con un córner. Sabido es, cuanto trabaja y usufructúa el equipo de Alejandro Sabella, las jugadas de pelota parada.
Así fue, que tras un tiro de esquina desde la derecha ejecutado por Juan Sebastián Verón, Leandro Desábato metió un frentazo franco para vencer a Daniel Vega y poner en ventaja al “Pincharrata” (’31).
Ya en la segunda parte, River fue acorralando al conjunto platense que no aprovechaba sus opciones para liquidar el partido. Con el correr de los minutos, Diego Buonanotte y Daniel Villalva (ingresó en el primer tiempo por una lesión de Rosales) se volvían cada vez más desequilibrantes.
Estudiantes no logró marcar el segundo y lo iba a pagar caro sobre el final. Leandro González cruzó un remate que se marchó cerca del palo derecha de Vega, después Verón envió un remate por encima del travesaño y por último, Mauro Boselli se lo perdió abajo del arco.
Las varias posibilidades desaprovechadas por la visita fueron una clara señal de que la historia aún no concluía para los dirigidos por Leonardo Astrada. River olió sangre y como una bestia fue a matar o morir.
Primero, Damián Albil le negó el gol a Mauro Díaz después de una gran jugada por izquierda del chico de inferiores. Y luego, el palo impidió que el “Keko” Villalva marque de cabeza tras un centro de Buonanotte.
Pero el premio llegó en el último instante para el “Millonario”. Diego Buonanotte enganchó en el área y remató de derecha, Albil dio un rebote hacia el medio y el “Burrito” Ortega sólo tuvo que empujar la pelota al gol (’92).
Delirio en el Monumental, “Ortega, Ortega” en las tribunas, River consiguió un punto que vale más que eso, Estudiantes pagó por el mezquino planteo del segundo tiempo.
Y él, el héroe de mil batallas le devolvió, otra vez, la esperanza a la gente. Mientras que Ariel Arnaldo Ortega se mantenga de pie, las ilusiones de los hinchas riverplatenses tendrán fundamentos.
Hola muchachos riverplatenses, ¿cómo andan? Soy amigo de Santi B. Les escribo para intercambiar links. Mi blog es Seamos Buenos Entre Nosotros y los invito a darse una vuelta.
ResponderEliminarAbrazo de gol.
Pd: no se asusten por mi sobrenombre ;)